Durante la última glaciación (hace 110 000-10 000 años), la cornisa cantábrica era una estepa donde pastaban animales imposibles de encontrar hoy en día en nuestras montañas: renos, rinocerontes lanudos, bisontes esteparios, mamuts... Gigantes criaturas que coexistieron con el ser humano pero que fueron desapareciendo a medida que el clima se templaba. Pero, ¿cómo sabemos que estos animales habitaron nuestro territorio? Los huesos preservados en el tiempo, entre los que están los de la sima Kiputz, nos dan pistas ello.
Kiputz es una sima ubicada en Mutriku que se convirtió en una trampa natural en la que fueron cayendo los animales desde hace 20.000 años hasta 14.000; la excepcionalidad que constituyen los miles de fragmentos óseos encontrados han permitido reconstruir los conjuntos más importantes de toda la península de renos (23) y bisontes (18), así como de 48 ciervos.
La muestra de estas piezas será la base de esta exposición que además de hablar de una fauna ya desaparecida, mostrará el País Vasco con un paisaje estepario justo en el final de la última glaciación.
La reproducción del friso de Altamira en la que se representa un imponente bisonte, en rojo y negro, constituye asimismo el reflejo de un universo natural ya desaparecido.
Además, la obra Todo lo sólido se desvanece en el aire II (2014) de Jesús Mari Lazkano nos ayuda a situarnos en el ambiente gélido, junto con las líneas del tiempo y batimetrías, acompañadas con las explicaciones del trabajo científico que se ha llevado a cabo.
Organizan: San Telmo Museoa, Museo Altamira, Gordailua, Sociedad de Ciencias Aranzadi.
Comisarios: Pedro Castaños y Xabier Murelaga.
Kiputz. Un abismo en la Prehistoria; Pedro Castaños
Kiputz. Amildegia Historiaurrean; Xabier Murelaga
Visitas-taller para EP y ESO.
Información y reservas: de lunes a viernes, stm_erreserbak@donostia.eus o 943 48 15 61 (12:00-14:00).