Y LLEGARON LOS INCAS es una muestra a través de la cual se pretende articular la historia del Perú prehispánico partiendo de la unidad, la diversidad y continuidad de la cultura andina, desde la hoy considerada cultura madre Chavín hasta la llegada de los Incas, cuya cultura se erige como un crisol de los rasgos culturales de los pueblos que les preceden y a los que impusieron el dominio de su imperio. Para ello contamos con una importante representación de diferentes culturas, a través de materiales como cerámicas, textiles e indumentaria, plumaria, armas, orfebrería de oro y plata, instrumentos de metal y madera, que nos permiten entretejer el desarrollo cultural del amplio mosaico de culturas andinas, tanto de la costa como de la sierra.

Los Incas, establecidos sobre una gran variedad de  grupos dispersos a los que implantaron el dominio de su imperio, sostenían su papel de héroes civilizadores con los que dio comienzo el mundo y el orden. Sin embargo, los vestigios materiales, arquitectura monumental, obras de ingeniería, una rica cultura material en cerámica, metal, textil y pinturas murales dan testimonio de que, en los Andes Centrales y Centro-Sur, el pasado andino va más allá de los Incas, aunque estos fueron los grandes sintetizadores de la cultura andina y constituyen el crisol de la misma.

En cada bioambiente (costa, sierra, selva), los distintos grupos humanos llevaban siglos desarrollando sofisticadas estrategias de supervivencia de cuyo éxito da constancia el alto nivel de la organización política, social, de las tecnologías y las artes alcanzado en el Área Andina justo antes de los Incas.

El culto a la naturaleza, a través de sus seres deificados como felinos, aves y serpientes o del culto agrícola y marino, es un continuo que servirá de nexo entre las diversas etnias que pueblan el territorio.

Los Incas tomaron lo mejor de cada una de ellas, extendiendo a su vez – y paralelo a una compleja estructura administrativa – sus propios ritos y conceptos religiosos. El arte, la red de caminos conocida como “El Camino Inca” y una lengua común, el quechua, serán los principales instrumentos usados en esta labor proselitista. Precisamente en el arte se reflejará la amalgama de elementos incas y tradiciones locales que se produjo en cada región.